Porque todos admiramos a nuestra madre.



Las madres son un ejemplo de verdadero amor, sin límites, sin compromisos y sin fecha de vencimiento, porque mama no es la que te trae al mundo, es la que está contigo todo el tiempo, la que te ayuda a dar los primeros pasos, la que cuando te caes esta para sanar todas tus heridas, madre es aquella que da todo por ti, sin pedir nada a cambio.

Pero de estas hermosas mujeres hay muchísimo que decir, y mi mama no es la excepción, ella es la que siempre ha estado para mí, junto a ella he aprendido  infinidades de cosas que con el correr del tiempo, mis andanzas y cada consejo, comprendí que la vida no es color de rosa, que el camino es fuerte pero solo los grandes llegan al final.

Mi madre es la mejor mama del mundo, es decidida, con carácter, que no se vara ante ninguna adversidad y con una vibra magnifica, irradiante de alegría, amor, perdón y muchísimos valores más, que no me alcanzaría la vida para contarlos, ella es la que me ha dado todo, la que ha estado conmigo en las buenas y en las malas, la que sin importar lo que haga siempre me recibe con los brazos abiertos.

Como no querer a esas mujeres maravillosas que son la razón de nuestra existencia, la que nos guía en un camino justo, definitivamente son lo más grande que nos ha regalado Dios, porque desde su interior, sin conocernos ya nos aman, y es que como no decir que son nuestra adoración, como dudar que daríamos y dejaríamos todo.

Gracias a ellas comprendemos que perder por conocer no es perder sino aprender, que en la vida hay muchos altibajos, los que debemos superar y seguir adelante y aunque jamás podremos pagarles tanto amor y cariño que nos brindar con el tiempo les enseñamos todo lo que aprendimos a través de los actos.

Mama, siempre será única, aunque a muchas mujeres se les llame igual, todas tienen un granito de arena diferente, pero en lo que si todas son igual, es en el amor tan grande y maravilloso que brindan a sus hijos, es por estos prodigios de la vida hay que agradecer infinitamente a Dios.

Todo lo que se diga de estas maravillas de la naturaleza es muy poco, porque ellas son ese rayito de luz que alumbra día a día la vida, las que con abrazos, sonrisas, cariños, paciencia, amor, ternura, tranquilidad y comprensión equilibran la vida de los suyos buscando siempre lo mejor.

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